Interrumpes la calma, todo lo que estaba perfecto lo descolocas y sin embargo, te da igual. A veces juraría que te odio. Ese amor tan grande que un día tuvimos ¿recuerdas?, pues hoy esparces las escasas cenizas por el mundo.
Sigues siendo el mismo idiota que me roba las sonrisas, no quiero caer otra vez en tu juego, por eso hoy ya no te sigo la corriente, y me duele. De verdad que me duele.
Se que si te doy la mano, me vas a dejar caer y una caída desde el cielo puede ser mortal.
Puedes seguir intentándolo, tal vez cometa el error de nuevo.
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