No hay nada mas bonito que tú.

lunes, 23 de enero de 2012

Mi hora no ha llegado todavía, lo conozco.

Me encuentro en un estado que debeparecerse al de los que antiguamente se creían poseídosdel espíritu maligno. No es el pesar, no es tampoco undeseo ardiente, sino una rabia sorda y sin nombre lo queme desgarra el pecho, me anuda la garganta y me sofoca.Sufro, quisiera huir de mí mismo, y paso las noches va-gando por los parajes desiertos y sombríos de que abundaesta estación enemiga.“Anoche salí. Sobrevino súbitamente el deshielo y supeque el río se había salido de madre, que todos los arroyos corrían desbordados y que la inundaciónera completa en mi querido valle. Me dirigí a él cuandorayaba la medianoche, y presencié un espectáculoaterrador. Desde la cumbre de una roca vi a la claridad dela luna revolverse los torrentes por los campos, por laspraderas y entre los vallados, devorándolo y sumergiéndolotodo; vi desaparecer el valle; vi en su lugar un mar rugientey espumoso, azotado por el soplo de los huracanes.Después, profundas tinieblas; después la luna, que aparecíade nuevo para arrojar una siniestra claridad sobre aquelsoberbio e imponente cuadro. Las olas rodaban con es-trépito..., venían a estrellarse a mis pies violentamente...Un extraño temblor y una tentación inexplicable seapoderaron de mí. Me encontraba allí con los brazosextendidos hacia el abismo, acariciando la idea de arrojarmeen él. Sí, arrojarme y sepultar conmigo en su fondo misdolores y sufrimientos.
No tuve fuerzas para concluir de una vez con mis males,mi hora no ha llegado todavía, lo conozco.
#Larra.

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