Tirada en esta sucia acera, rodeada por un mundo que sin ti se me antoja extraño.
Volverás?
Esa idea hace que mis ojos brillen más que el reflejo del Sol en un lago.
Coge mi mano, roza con tus dedos la piel de mi cuerpo, tan sensible a tu tacto.
Bésame, funde nuestros labios en uno, haciéndome sentir parte de tu universo.
Y si no nos separamos jamás?
Yo no veo el problema en ninguna esquina de mi mente.
Qué puede haber de malo en que la persona que es toda tu vida, desde tus risas hasta tus lágrimas, te mantega atada con los pies en la tierra?
Y con los labios en los suyos.
Tengo mil y un sueños por cumplir, que nos pertenecen a los dos.
Qué voy a hacer si no vuelves?
Probablemente, no pueda levantarme de aquí jamás, anclada en esta calle por el resto de mis días, recordando tu sonrisa, mientras a cada segundo un sueño se desvanece, escapando en dulces lágrimas
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